El siguiente artículo fue tomado del blog de Seguros SURA Corporativo
Conocer, estudiar y examinar el equilibrio entre la actividad humana y los sistemas naturales como el agua, el aire, la tierra o la biodiversidad, permite conocer los síntomas y, con ello, las acciones ideales para su curación y preservación.
El conocimiento es poder y, como todo gran poder, conlleva una gran responsabilidad. Por eso, entender e involucrarse en la denominada ‘Salud Social y Planetaria’ es fundamental para el futuro del planeta y los seres vivos que la componen. ¿Pero a qué refiere y qué nos interpela este concepto?
Más allá de la preservación de cada uno de los ecosistemas naturales o artificiales y la atención por el cambio climático, existen más componentes que se incluyen dentro del concepto de Salud Social y Planetaria como son el clima, los mares y las especies que influyen (en mayor o menor medida) en la salud de los seres humanos.
De acuerdo a la Organización de Naciones Unidas (ONU), por ejemplo, los océanos son “una de las principales reservas de biodiversidad en el mundo y son fundamentales para el funcionamiento saludable del planeta”, ya que suministran la mitad del oxígeno que respiran los seres humanos y absorben anualmente un 26% de las emisiones antropógenos de dióxido de carbono emitidas a la atmósfera.
En este sentido, la ‘Salud Social y Planetaria’ hace alusión a la armonía que existe entre el entorno natural, las especies, los seres vivos y la diversidad, entre otros elementos naturales.
Así lo explica a Asegúrate de Vivir la ingeniera Gloria María Estrada Álvarez, vicepresidente de Riesgos -CRO- de Suramericana S.A: “La Salud Social y Planetaria involucra muchos actores más allá de las personas. Incluye las plantas, los animales, el clima, la biodiversidad y todos los ecosistemas que hacen al mundo. Lo que realiza dicho concepto es integrarlos armónicamente y cuidar la armonía entre esos elementos”.
Cada uno de estos componentes permiten conocer, al estudiarlos, los límites del ser humano con el planeta y del cual dependen también sus sistemas sociales, económicos, políticos y de salud. Bajo esta línea, Estrada Álvarez explica que, la salud humana se puede ver afectada “por situaciones que desencadenan una falta de sincronización entre esos sistemas”.
Por eso, al no solo conocer a la naturaleza en su amplio espectro, sino también las acciones que realizan los seres humanos para con ella, las personas pueden contribuir a la resiliencia del medio ambiente. Pero, para eso, -afirma la especialista- los seres humanos debemos “sentirnos parte” del medio ambiente y no verlo “desde afuera como algo externo”.
De esta manera, el frágil equilibrio que existe entre la actividad humana y los sistemas naturales necesita de una apuesta integrada y multidisciplinar que surja de la conexión de redes que avancen en el estudio de riesgos y la propuesta de soluciones.
La acción Humana
Durante el evento ‘Conéctate con el Planeta’ organizado por Seguros SURA, Will Steffen, reconocido científico del sistema terrestre y concejal del Consejo del Clima de Australia, aseveró que el ser humano está “cambiando el sistema muy rápido” y está “desestabilizando el sistema climático”.
Esto produce que el resto de la vida de la biosfera se vea afectada. De acuerdo al experto, la temperatura global de la superficie ha aumentado en aproximadamente 1.2 grados centígrados por encima de la estabilidad estándar de la Tierra. “Esto no solo trae nuevos desafíos y consecuencias con el clima (con inundaciones y sequías) sino también con el resto de la vida en el planeta”, añadió.
¿Cómo lidiamos con esto? La respuesta -según Steffen- es el desarrollo de un concepto denominado “límites planetarios”, que plantea un cuestionamiento clave para el futuro de la humanidad: ¿hasta dónde podemos llevar la Tierra antes de que se vuelva inestable y finalmente se vuelve inhóspita, incluso para los humanos?
Todo cambio sucede desde lo más pequeño. La acción individual se transforma en una acción colectiva y así, nace el cuidado y la conciencia ambiental. Sobre este punto, Estrada Álvarez remarca que el ser humano, a nivel personal, en la cotidianidad, “realiza muchas acciones que aportan su granito de arena al mundo” y agrega: “Hay que ser conscientes de esto, contagiar y saber que es una temática tan importante como otras. Existen muchas maneras de hacerlo, como el manejo consciente de los residuos, el consumo de productos locales o ser parte de la movilidad sostenible”.
Pilares de la Salud Social y Planetaria
La salud del planeta necesita de un constante diagnóstico que permita llegar a nuevas soluciones o acciones que resuelvan las distintas “enfermedades” naturales, restaurar el equilibrio y cuidar la salud humana, animal y el de los ecosistemas.
Además del trabajo individual de las personas, los distintos agentes públicos y privados trabajan con este objetivo y aportan lo suyo a este desafío planetario y en cada uno de los pilares de la sostenibilidad que componen la Salud Social y Planetaria que son: social, gobernanza, económico y ambiental.
El desarrollo de estos pilares tiene como objetivo contribuir desde el objeto social de SURA al cierre de brechas en educación, salud, empleabilidad, conectividad y productividad que promuevan y fortalezcan el crecimiento económico, social y ambiental sostenibles. Así es como, en cada pilar, SURA trabaja por un objetivo en particular y bien marcado y así lo manifiestan:
- Ambiental: «Aportar en el desarrollo económico y social que considere los límites de la salud y los límites planetarios»
- Gobernanza: “Contribuir desde el objeto social de la compañía al cierre de brechas educación, salud, empleabilidad, conectividad y productividad”.
- Social: “Entregar propuesta de valor que promueva el acceso a educación, salud, conectividad y empleabilidad para el desarrollo social y económico”.
- Económico: “Entregar propuesta de valor que contribuya a mejorar la eficiencia de los factores de producción (trabajo, capital y tierras) que potencien el crecimiento económico”.
Todos estos pilares de Salud Social y Planetaria buscan inspirar, incidir y habilitar la gestión y financiación que posibiliten cambios de hábitos sociales, adaptación y actualización de la regulación, para dar lugar así a procesos productivos y modelos operativos más eficientes y sostenibles, que contribuyan a que las variables de control de los límites planetarios se mantengan en rangos seguros para los subsistemas biofísicos de la Tierra.
Además, estos pilares invitan a movilizar a las personas y empresas, a realizar acciones transformacionales y concretas para mantener el balance de la Tierra y el hábitat de los seres humanos.